viernes, 27 de febrero de 2009

Y solo se oye... tic tac...

Y solo se oye... tic tac... y splash en mi! Hoy... no puedo dormir, y tengo la cabeza revuelta, el estómago destrozado, mis deseos evaporados, el alma en un hilo. Y no se qué debo sentir, por que nunca antes me sentí... perdida, realmente sin brújula. Sólo dime... qué ves en mí que no distingo, para todos es más claro el camino ajeno, no hay planes, no hay proyectos, nada es seguro. Eso lo creía, así me lo enseñaron. Soy yo la que cree mal? Siente mal? Vive mal? La que cree en el amor, la que cree en el para siempre? Sí... seguro. De qué otra manera puedo sentir mi vida como una total equivocación. En mi mundo no existía la infidelidad... pero todo el mundo real la acepta! En mi mundo era el para siempre... se acabó con mi maternidad! En mi capacidad de amar... nadie la ve! En mi talento... se impone el nepotismo! El espejo te dice quien eres y dónde estas, pero esa imágen no concuerda con mi realidad. ¡Mujer hermosa? No lo soy. ¡Una gran mujer? No me siento. ¡Una gran madre? Mi propia madre lo niega. Y entonces qué existe, lo que se ve o lo que se siente. Lo que es pero jamás nadie lo vió. O es el dolor de los sueños e ilusiones fallidas por uno mismo lo que le da valor a tu testamento. ¡Es el dolor lo que te mantiene vivo? ¡Es culpa, o es resentimiento? ¡Son tus huellas o son las mías? Sólo dime... donde miro, que no te veo y no te encuentro. No te siento... ¡me perdí? Acaso estoy distraída, divagando, buscando restos de mi alma. Quien me rompió, en la infancia. Te disgusta mi dolor, me molesta que no lo siento. Mi corazón late, pero está muerto. Soy débil... soy sombra... soy un murmullo que no se busca. Que no encuentra, que duele... que es hiel. Dime qué es lo que no veo, para comprender porque no sopla el viento. Déjame dormir... un mes o un año... porque esta noche, me hace tanto daño.