2009... año 35, bastante difícil de llegar, de aceptar. El año para despertar de mi vida, entumecida, adolorida, minada. Las lecciones seguirán, las metas continuarán, los deseos aumentarán. Pero sé que sin Dios, sin esa deidad que tiene muchos nombres, muchas formas, muchas figuras... yo no estaría aquí y ahora, con todas las lecciones, con todas las virtudes y con todos lo defectos que me hacen ser yo.
Y así me acepto cándida e inocente, pues, yo creo que cuando uno le pide a Dios algo, a los ángeles o a los santos, lo tomo como hecho, ya me ha sido concedido, sólo se está resolviendo en un plano que yo no conozco, y así Santa Claus junto a los Reyes Magos, pueden darnos, aunque seamos adultos, lo que desamos.
Amado niñito Jesús, en tu cumpleaños, mi corazón está abierto para recibirte, invade de tu amor todo mi ser y como siempre tendrás mi eterna gratitud, pues siempre has cuidado de mí, de mi hijo y de mi familia. Me has enseñado que me amas y me escuchas desde siempre, hace 5 años me diste a mi hijo, el niño más lindo de mundo y el momento más especial de mi vida. Recientemente ha llegado a mí, el hombre de mi vida, y ha sido fácil reconocerlo, amarlo; siempre es fácil reconocerte al amar y ser amada por las dos personas más importantes de mi vida.
Esta navidad bendice a mi hijo y a Rafael, bendice a nuestras familias, a nuestros amigos y nunca te olvides de prestarnos a tu corte celestial en cada momento de nuestras vidas.
Y a mis amigos y amigas que leen mi blog, me conozcan o no, que Dios esté siempre con ustedes y permanezca uniéndonos en su infinito amor.
¡Ah! Y querido Santa -San Nicolás de Bari, papá Noel- este 24 de diciembre, si no es mucho pedir, espero en el árbolito de mi casa: un ipod classic plata; un arreglo hermoso de tulipanes rojos; velas -muchas, muchas-; mi perfume favorito en esta temporada: Absolutely Irrèsistible, o de los que uso Bright Crystal, I Loewe You y sé que éste es el más difícil de todos: un Etoile de Tiffany & Co. y por eso te lo pido a ti.
¡Feliz Navidad!
Y así me acepto cándida e inocente, pues, yo creo que cuando uno le pide a Dios algo, a los ángeles o a los santos, lo tomo como hecho, ya me ha sido concedido, sólo se está resolviendo en un plano que yo no conozco, y así Santa Claus junto a los Reyes Magos, pueden darnos, aunque seamos adultos, lo que desamos.
Amado niñito Jesús, en tu cumpleaños, mi corazón está abierto para recibirte, invade de tu amor todo mi ser y como siempre tendrás mi eterna gratitud, pues siempre has cuidado de mí, de mi hijo y de mi familia. Me has enseñado que me amas y me escuchas desde siempre, hace 5 años me diste a mi hijo, el niño más lindo de mundo y el momento más especial de mi vida. Recientemente ha llegado a mí, el hombre de mi vida, y ha sido fácil reconocerlo, amarlo; siempre es fácil reconocerte al amar y ser amada por las dos personas más importantes de mi vida.
Esta navidad bendice a mi hijo y a Rafael, bendice a nuestras familias, a nuestros amigos y nunca te olvides de prestarnos a tu corte celestial en cada momento de nuestras vidas.
Y a mis amigos y amigas que leen mi blog, me conozcan o no, que Dios esté siempre con ustedes y permanezca uniéndonos en su infinito amor.
¡Ah! Y querido Santa -San Nicolás de Bari, papá Noel- este 24 de diciembre, si no es mucho pedir, espero en el árbolito de mi casa: un ipod classic plata; un arreglo hermoso de tulipanes rojos; velas -muchas, muchas-; mi perfume favorito en esta temporada: Absolutely Irrèsistible, o de los que uso Bright Crystal, I Loewe You y sé que éste es el más difícil de todos: un Etoile de Tiffany & Co. y por eso te lo pido a ti.
¡Feliz Navidad!
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