Me preguntas en qué pienso. En qué está mi mente. No es fácil, mientras mi corazón está escondido, protegiéndose de otra herida, mi mente divaga por tu cuerpo. No me puedo concentrar en el trabajo, no sé si te odio, o si te amo, no sé si correr y abrazarte, hacerte mío o huir de ti, para que no me lastimes.
Tengo miedo, tengo amor, no lo sé, de sobra conozco que no pueden estar uno junto al otro, pero quizá sólo te amo y tengo miedo de que me lastimes. Fantaseo contigo, veo tus fotos una y otra vez, tantas imágenes en mi cabeza, y tanto de ti. Tus palabras, tu voz, tu sonrisa, tus manos, tus pasos, tus gestos, tus labios...
El día que fuimos a comer, la carta de comida que veías una y otra vez, cuando yo sólo te veía a ti. Sí, siempre que como ahí, pido lo mismo, pero ese día estabas ahí, y nada pasó, no me robaste un beso, no me tomaste la mano, yo no me atreví a besarte. No sé si me tenías miedo, espero que no; pero yo moría de nervios, sólo saber que estabas junto a mí, que quizá podía respirar el mismo aire que respirabas tu. Y ahora me pregunto si, sólo soy yo la que te espera... que tonta, sé que no... pero repito tus palabras una y otra vez en mi cabeza, busco tu voz en mis recuerdos, mientras él me besa.
¿En que pienso? Todo el día en ti, a cada momento, en ti, cada segundo, en ti; no hay un solo momento que no piense en ti. Vestido, desnudo, en mis fantasías, en mi cama, sobre tu piel, en mi, sobre ti, antes, después, en la ducha, en la luna, en la playa, en la cama. Siempre eres tú, mi piel transpira tu nombre, mi mente se sabe de memoria tu sonrisa y estás tan lejos de mi.
Pero tú estás en el viento que me toca la cara cuando camino, en el agua que recorre mi piel cuando me baño y no sé, si ya te diste cuenta que no puedo sacarte de mi vida, que te extraño y que quizá, sólo te amo.
Tengo miedo, tengo amor, no lo sé, de sobra conozco que no pueden estar uno junto al otro, pero quizá sólo te amo y tengo miedo de que me lastimes. Fantaseo contigo, veo tus fotos una y otra vez, tantas imágenes en mi cabeza, y tanto de ti. Tus palabras, tu voz, tu sonrisa, tus manos, tus pasos, tus gestos, tus labios...
El día que fuimos a comer, la carta de comida que veías una y otra vez, cuando yo sólo te veía a ti. Sí, siempre que como ahí, pido lo mismo, pero ese día estabas ahí, y nada pasó, no me robaste un beso, no me tomaste la mano, yo no me atreví a besarte. No sé si me tenías miedo, espero que no; pero yo moría de nervios, sólo saber que estabas junto a mí, que quizá podía respirar el mismo aire que respirabas tu. Y ahora me pregunto si, sólo soy yo la que te espera... que tonta, sé que no... pero repito tus palabras una y otra vez en mi cabeza, busco tu voz en mis recuerdos, mientras él me besa.
¿En que pienso? Todo el día en ti, a cada momento, en ti, cada segundo, en ti; no hay un solo momento que no piense en ti. Vestido, desnudo, en mis fantasías, en mi cama, sobre tu piel, en mi, sobre ti, antes, después, en la ducha, en la luna, en la playa, en la cama. Siempre eres tú, mi piel transpira tu nombre, mi mente se sabe de memoria tu sonrisa y estás tan lejos de mi.
Pero tú estás en el viento que me toca la cara cuando camino, en el agua que recorre mi piel cuando me baño y no sé, si ya te diste cuenta que no puedo sacarte de mi vida, que te extraño y que quizá, sólo te amo.
Ah mi querida Paty, al leerte, proyectas un corazón del tamaño de una sandía por lo apasionado.
ResponderEliminar¡Chula de bonita! ¡Beso!
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