Justo como está esta tarde, me imagino una estancia hermosa, muebles color Ivory, una chimenea y la lluvia pegando en un ventanal enorme. El atardecer lluvioso, dando paso a la noche, y como pequeñas luciérnagas permanentes, el horizonte se llena de luz.
Los dos en un sitio que guarda un secreto que nadie más puede saber. Yo, codificando el aroma de tu piel, descifrando el sabor de tu cuerpo. Tú, tratando de entender por qué no llegué a tu vida antes. Yo buscando tu mirada. Y las velas iluminan el espacio existente entre tu y yo.
Una larga charla, dos copas y una botella de Möet. Algo empiezas a decirme y pierdo la conversación al mirar tu boca. Te das cuenta, algo me preguntas, balbuceo y me acerco a ti. Y encuentro el dulce sabor de tu boca otra vez. Tan exquisito, tan único.
El calor de tus brazos de nuevo en mi, tus manos buscando mi cintura, mis manos buscando tu espalda, tus piernas enredadas en las mías.
Y así podría estar para siempre en ese mundo en el que, sólo somos tu y yo, donde no necesito promesas, donde sólo necesitamos estar juntos. Y ver la noche pasar, mientras pasa tu piel sobre la mía, sintiendo tus caricias, disfrutando cada momento. Besándote... amándote.
Cada noche contigo, se escribe una historia, se baila una danza nueva de amor, tu mundo no existe, el mío tampoco. Nuestro mundo y nada más.
Amanece y estás dormido. Tus besos siguen sobre mi cuerpo. El sol pega en la ventana, me despierto y no estás aqui... fuiste sólo un sueño.
Los dos en un sitio que guarda un secreto que nadie más puede saber. Yo, codificando el aroma de tu piel, descifrando el sabor de tu cuerpo. Tú, tratando de entender por qué no llegué a tu vida antes. Yo buscando tu mirada. Y las velas iluminan el espacio existente entre tu y yo.
Una larga charla, dos copas y una botella de Möet. Algo empiezas a decirme y pierdo la conversación al mirar tu boca. Te das cuenta, algo me preguntas, balbuceo y me acerco a ti. Y encuentro el dulce sabor de tu boca otra vez. Tan exquisito, tan único.
El calor de tus brazos de nuevo en mi, tus manos buscando mi cintura, mis manos buscando tu espalda, tus piernas enredadas en las mías.
Y así podría estar para siempre en ese mundo en el que, sólo somos tu y yo, donde no necesito promesas, donde sólo necesitamos estar juntos. Y ver la noche pasar, mientras pasa tu piel sobre la mía, sintiendo tus caricias, disfrutando cada momento. Besándote... amándote.
Cada noche contigo, se escribe una historia, se baila una danza nueva de amor, tu mundo no existe, el mío tampoco. Nuestro mundo y nada más.
Amanece y estás dormido. Tus besos siguen sobre mi cuerpo. El sol pega en la ventana, me despierto y no estás aqui... fuiste sólo un sueño.
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