Hace muchos años, me enamoré de un gran ser humano, han pasado muchas cosas desde entonces, su vida y mi vida, han tenido de todo, menos coincidencias constantes. Sin embargo cada vez que lo veo, el sentimiento sigue siendo el mismo, ignoro si el sintió alguna vez algo por mi, pero se que ahora yo estoy en un lugar diferente, y el, completamente inalcanzable.
En este escrito, que encontré en mi cuenta de hi5 -la cual estoy cerrando ya-, lo escribí el día que nos reencontramos después de 7 años sin vernos, un 17 de marzo de 2009 (el número siete es recurrente en mi vida) y hoy lo comparto con ustedes.
Ayer te vi… Y recordé al ver tus ojos, el mismo sentimiento de hace años, qué pasó, qué fue, no lo sé, no lo quiero saber, tengo miedo de sentir, de saber y de preguntar. Pero un instante mágico en el que a través de tus ojos vi mi futuro, vi mi corazón, reconstruí mi vida, volvió a latir mi corazón… y renací, eso lo sentí, lo sintió mi alma y perdí la noción de mi realidad.
Y al despedirme de ti, al caminar, al ir paso a paso dejándote atrás, me falto el aire, sentí que no podía ni caminar, me dolió el pecho, quería hablar más contigo, verte, sentirte y un dolor agudo entre mi brazo y mi pecho me hizo reaccionar… encendí un cigarro… ya lo había dejado… y cómo paso, quiero recordar cada segundo de los minutos que te vi.
Cuando me diste un abrazo, fue como si un ángel me devolviera lo que perdí en los últimos años, fue trazar un lazo invisible en el que mi mente volvía a decirme que no puedo apagar mi corazón y lo que siento por ti seguirá siendo parte de mi por siempre; vivirás en ese pedacito de mi corazón que es tuyo. Y ese lazo que me mantiene viva y me mantiene sana, se reconstruyó en un momento. Quizá nunca sabrás que el amor que me has dado sin saberlo, y sin quererlo, es mi milagro; para atrás nunca veré, para adelante siempre y sé que siempre estarás conmigo.
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