Ayer ví la película "El Descanso" que en inglés es The Holyday y durante toda la película me identifiqué con varios personajes, quizá por las circunstancias de mi vida, significó tanto, quizá los patrones que uno sigue, cuando los identificas, quedas embelesado y en estado de shock al saber y ver que fácil es la solución a los problemas. Y con esto no quiero decir que es la película más sofisticada o genial, es mundana, quizá natural y sé que no le llega a los talones en concepto a Bleu de Kieslowski, o en magnificencia a Wings of Desire de Wim Wenders. Pero me encantó.
El personaje que más me llamó la atención fue el de Iris, interpretado por Kate Winslet. Una mujer hermosa, en una relación enfermiza, tóxica y conformándose con ser y tener lo mínimo en nombre del amor. Y ella misma admite que es parte del grupo de los olvidados del amor, los que no son correspondidos, los que aman sin ser amados, los peores días de su vida. ¡Qué fuerte! y ¡Qué horrible! ¿Cómo en nombre del amor, somos capaces de admitir una relación que nos va a dañar más de lo que nos beneficiará? No puedes odiarte, ni estar en guerras internas, ni sufriendo por un amor, así no es. No se necesita tanto drama para ser amado y ser feliz. Y bendito Dios, este personaje -y una servidora- se encuentra con Arthur Abbot -guionista de Hollywood- quien en breve le dice, te has conformado con ser la amiga, la actriz secundaria, cuando deberías ser la protagonista de tu propia vida.
Otro personaje es Graham, un chico que es viudo, padre de dos hijas, editor -¡ding!-... un hombre genial, que no sabe cómo ser padre soltero, vivir y salir en citas. Otro reflejo de lo complicado que se vuelve ser un ser humano con tantas responsabilidades, pues no es fácil saber cocinar, hacer disfraces, jugar con las hijas, ser profesionista, mal padre, mala madre y tratar de separar cada uno de los papeles que le toca hacer a cada tiempo.
Otro personaje es Miles y en cada uno de nosotros existe, es el soñador con chispa. Y sin embargo, a pesar de sus buenas cualidades, se boicotea.
Y la sensación es de... la veo otra vez.
Quiza vi esta película en un momento clave de mi vida, pues, no estoy dispuesta a aceptar nada que no sea yo en el primer cuadro de la película de mi vida. Necesito deshacerme del paradigma de mi vida que es "dejar todo, por quien no deja nada por mi", "aceptar lo mínimo en nombre del amor, y a veces nada" y finalmente "boicotearme", esos tres paradigmas han sido botados hoy. No me sirven y sólo han mermado mi gran valor como mujer y como ser humano.
No controlo a los demás, ni conozco su voluntad, ni sus pensamientos, sólo me controlo a mí misma, me conozco y sé lo que quiero, sé lo que puedo dar. Y no estoy dispuesta a aceptar limosnas, ni sobras... si me vas a dar y si voy a dar, es todo. Pido todo por que doy todo y no soy juguete, ni capricho, ni pasatiempo de nadie. No soy la balsa secundaria que lleva a flote las malas decisiones de los demás, ni el bálsamo para sobrellevar la mala vida. No tengo por qué esconderme, no soy la chacha de la casa ajena y no voy a suplir en nadie lo que esa persona por sí misma no tiene, sea amor, responsabilidad, felicidad, pasión o lo que sea.
Cada quien tiene su proceso y sabe si quiere vivir bien o vivir mal. Y si para saberlo la vida te tiene que hacer crisis, y luchar por lo que quieres, entonces así será; pues es fácil andar remendando, poniendo parches y surcidos mal hechos a nuestras malas decisiones, pero se requiere de valor para luchar por lo que se quiere, conseguirlo y hacerlo bien. Y si no entiendes a la primera, la vida te da el trancazo cada vez más fuerte. Y yo ya aprendí que vivir bien es fácil, mucho más sencillo que vivir mal; y por ello, a partir de hoy voy a vivir mejor y soy de tiempo completo la protagonista de mi vida, soy la dueña de mi dignidad, y esto, jamás en mi vida será negociable.
3 días... ay, vengan esos 35.
El personaje que más me llamó la atención fue el de Iris, interpretado por Kate Winslet. Una mujer hermosa, en una relación enfermiza, tóxica y conformándose con ser y tener lo mínimo en nombre del amor. Y ella misma admite que es parte del grupo de los olvidados del amor, los que no son correspondidos, los que aman sin ser amados, los peores días de su vida. ¡Qué fuerte! y ¡Qué horrible! ¿Cómo en nombre del amor, somos capaces de admitir una relación que nos va a dañar más de lo que nos beneficiará? No puedes odiarte, ni estar en guerras internas, ni sufriendo por un amor, así no es. No se necesita tanto drama para ser amado y ser feliz. Y bendito Dios, este personaje -y una servidora- se encuentra con Arthur Abbot -guionista de Hollywood- quien en breve le dice, te has conformado con ser la amiga, la actriz secundaria, cuando deberías ser la protagonista de tu propia vida.
Otro personaje es Graham, un chico que es viudo, padre de dos hijas, editor -¡ding!-... un hombre genial, que no sabe cómo ser padre soltero, vivir y salir en citas. Otro reflejo de lo complicado que se vuelve ser un ser humano con tantas responsabilidades, pues no es fácil saber cocinar, hacer disfraces, jugar con las hijas, ser profesionista, mal padre, mala madre y tratar de separar cada uno de los papeles que le toca hacer a cada tiempo.
Otro personaje es Miles y en cada uno de nosotros existe, es el soñador con chispa. Y sin embargo, a pesar de sus buenas cualidades, se boicotea.
Y la sensación es de... la veo otra vez.
Quiza vi esta película en un momento clave de mi vida, pues, no estoy dispuesta a aceptar nada que no sea yo en el primer cuadro de la película de mi vida. Necesito deshacerme del paradigma de mi vida que es "dejar todo, por quien no deja nada por mi", "aceptar lo mínimo en nombre del amor, y a veces nada" y finalmente "boicotearme", esos tres paradigmas han sido botados hoy. No me sirven y sólo han mermado mi gran valor como mujer y como ser humano.
No controlo a los demás, ni conozco su voluntad, ni sus pensamientos, sólo me controlo a mí misma, me conozco y sé lo que quiero, sé lo que puedo dar. Y no estoy dispuesta a aceptar limosnas, ni sobras... si me vas a dar y si voy a dar, es todo. Pido todo por que doy todo y no soy juguete, ni capricho, ni pasatiempo de nadie. No soy la balsa secundaria que lleva a flote las malas decisiones de los demás, ni el bálsamo para sobrellevar la mala vida. No tengo por qué esconderme, no soy la chacha de la casa ajena y no voy a suplir en nadie lo que esa persona por sí misma no tiene, sea amor, responsabilidad, felicidad, pasión o lo que sea.
Cada quien tiene su proceso y sabe si quiere vivir bien o vivir mal. Y si para saberlo la vida te tiene que hacer crisis, y luchar por lo que quieres, entonces así será; pues es fácil andar remendando, poniendo parches y surcidos mal hechos a nuestras malas decisiones, pero se requiere de valor para luchar por lo que se quiere, conseguirlo y hacerlo bien. Y si no entiendes a la primera, la vida te da el trancazo cada vez más fuerte. Y yo ya aprendí que vivir bien es fácil, mucho más sencillo que vivir mal; y por ello, a partir de hoy voy a vivir mejor y soy de tiempo completo la protagonista de mi vida, soy la dueña de mi dignidad, y esto, jamás en mi vida será negociable.
3 días... ay, vengan esos 35.
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