Muy bien, a 7 días de mi cumpleaños tengo mucho que pensar, pedir y reflexionar. Se termina un ciclo más. Sucedieron cosas raras, extrañas y crueles en mi vida, pero también sucedieron cosas muy lindas y maravillosas, que me dejan lleno el corazón. Incluso lo que no fue tan bueno, también deja una huella buena en mi corazón.
El día de hoy justo le decía a mi amigo Iván: quiero que mi vida sea como la sala de llegada de un aeropuerto. Nadie se pelea, todo son abrazos, besos, risas, flores, sonrisas, mensajes de cariño, de afecto, de respeto, de bienvenida, globos. Incluso un sala de abordar, aún cuando las personas se despiden, nadie se pelea, todo son buenos deseos, abrazos, quizá cartas, flores, besos también; en algún momento podrá haber una lágrima, o tristeza, pero igual que en la vida, son las menos.
Y así es que me encuentro hoy, pensando en mi edad, cosa que jamás me había importado un bledo, y hoy hasta me hace llorar, me dan ataques de pánico, se me quita el sueño y siento que la panza se me hace pequeñita. -Cómo si no tuviera con la gastritis- Y me pregunto, ¿Cómo luchar contra eso? Si todas mis amigas que están ya en los 40, 50, 60 y más, me dicen que lo mejor está por venir, pero yo me siento desfallecer, no quiero festejar, pero también se que mi vida no es una pérdida total, tiene sus "ups and downs" y cómo no hacerlo. Estoy viva y estoy bien.
Y no dudo lo que me dicen mis amigas, mi papá y todas las personas que me quieren; cada etapa, cada época tiene lo suyo, es más yo lo sé, cada día incluso tiene algo mágico, maravilloso, excelso. Pero hoy, aquí y ahora, es como si tuviera en fondo de agua sobre mis ojos el número 35. No tiene nada de especial, no tiene nada de terrorífico, ni maléfico... pero no me está dejando en paz.
Y se me ocurre confesarme, voltearme de cabeza, hacerme una limpia, tomar agua con limón y sal, bañarme con miel y agua de rosas, lavanda, aromaterapia con menta, ir al terapéuta... y me sigo sintiendo igual.
Hace 20 años murió mi abuelo, fueron mis 15 años, entre a la preparatoria, hace 16 años fui a mi primer concierto; hace 15 años nació mi ahijada, fui al concierto de Aerosmith, Robert Plant; hace 12 años me gradué, hace 8 fui a Londres, hace 5 nació mi hijo... y es justo esto lo que me hace ruido, antes era, el año pasado, hace dos años... pero cuando cuentas tu vida por décadas y lustros. ¡ A U X I L I O !
Quizá es solo una pequeña crisis, o el brinquito entre el 16 y el 18 de agosto, pero este brinquito parece más bien fecha de parto, y más vale que sea muy bueno el hijo, porque para tanto desmán así debe de ser.
El día de hoy justo le decía a mi amigo Iván: quiero que mi vida sea como la sala de llegada de un aeropuerto. Nadie se pelea, todo son abrazos, besos, risas, flores, sonrisas, mensajes de cariño, de afecto, de respeto, de bienvenida, globos. Incluso un sala de abordar, aún cuando las personas se despiden, nadie se pelea, todo son buenos deseos, abrazos, quizá cartas, flores, besos también; en algún momento podrá haber una lágrima, o tristeza, pero igual que en la vida, son las menos.
Y así es que me encuentro hoy, pensando en mi edad, cosa que jamás me había importado un bledo, y hoy hasta me hace llorar, me dan ataques de pánico, se me quita el sueño y siento que la panza se me hace pequeñita. -Cómo si no tuviera con la gastritis- Y me pregunto, ¿Cómo luchar contra eso? Si todas mis amigas que están ya en los 40, 50, 60 y más, me dicen que lo mejor está por venir, pero yo me siento desfallecer, no quiero festejar, pero también se que mi vida no es una pérdida total, tiene sus "ups and downs" y cómo no hacerlo. Estoy viva y estoy bien.
Y no dudo lo que me dicen mis amigas, mi papá y todas las personas que me quieren; cada etapa, cada época tiene lo suyo, es más yo lo sé, cada día incluso tiene algo mágico, maravilloso, excelso. Pero hoy, aquí y ahora, es como si tuviera en fondo de agua sobre mis ojos el número 35. No tiene nada de especial, no tiene nada de terrorífico, ni maléfico... pero no me está dejando en paz.
Y se me ocurre confesarme, voltearme de cabeza, hacerme una limpia, tomar agua con limón y sal, bañarme con miel y agua de rosas, lavanda, aromaterapia con menta, ir al terapéuta... y me sigo sintiendo igual.
Hace 20 años murió mi abuelo, fueron mis 15 años, entre a la preparatoria, hace 16 años fui a mi primer concierto; hace 15 años nació mi ahijada, fui al concierto de Aerosmith, Robert Plant; hace 12 años me gradué, hace 8 fui a Londres, hace 5 nació mi hijo... y es justo esto lo que me hace ruido, antes era, el año pasado, hace dos años... pero cuando cuentas tu vida por décadas y lustros. ¡ A U X I L I O !
Quizá es solo una pequeña crisis, o el brinquito entre el 16 y el 18 de agosto, pero este brinquito parece más bien fecha de parto, y más vale que sea muy bueno el hijo, porque para tanto desmán así debe de ser.
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