miércoles, 17 de noviembre de 2010

El Código Da Vinci y la imbecilidad del hombre

Hace un par de días tuve una discusión con una persona que me ha hecho reflexionar en la imbecilidad del hombre y las ganas de hacer olas, tormentas y tornados en vasos de agua. Me asombra que existan personas tan tontas y con mucho tiempo en sus manos, para dedicarse a estudiar las imprecisiones de una ¡"NOVELA"! escrita por Dan Brown llamada "El Código Da Vinci" que no pretende ser un parte aguas en la religión cristiana ni mucho menos un instrumento de "Des-Evangelización"

Siempre he dicho que soy católica, apostólica y romana, me gusta leer y admiro obras inteligentes como la del Dan Brown, quien hizo un orden fabuloso, el cual imagino, la mayoría de los que califican de obra herética, una novela, supongo que ni por error leyeron en orden Ángeles y Demonios, después El Código Da Vinci y terminar la trilogía con "La Conspiración"

Me gustaría recordarles que la religión Católica, esa que la mayoría en México profesamos, en su nombre se han hecho los más cruentos crímenes y asesinatos en nombre de Dios, sí, errores de las autoridades eclesiásticas. ¿¡¿¡Y ahora nosotros queremos crucificar, negar, ridiculizar, comprobar, aminorar, desacreditar y juzgar a un escritor!?!? Vaya, valiente cosa, cuando por estupidez de unos cuantos se ha destrozado la fe de otros con actos tan horrendos como la pederastia. Y lo que le rebatía a esta persona es que eso es más herejía, que una novela. Y tuve que traer el tema a la mesa preguntando: ¿No es más herejía los padres que abusan sexualmente de sus hijas, no es más herejía chingarse a cuantos puedas entre semana y los domingos ir a misa y comulgar para que digan que son "muy buenos(as)"?

¡Por favor, díganme que alguien piensa con la cabeza y no con el estómago!

Tengo el gusto y el agrado de haber leído a Dan Brown, así como a Tolkien, así como Irbangüengoitia, Isabel Allende entre muchos más, y nadie ha condenado sus películas, sus novelas y su trabajo. Y en ningún momento ha bajado el Arcángel Gabriel para condenarme. De verdad, se los juro.

Mejor anden primero a preguntarse qué tan bien está cada quien en su fe, para que este libro haga tambalear y dudar en quien creen. Además, Dios se hizo hombre, un hombre sólo puede vivir como hombre, un hombre no puede vivir como ser divino, así que, quiénes somos todos nosotros para juzgar a Dios que vivió como hombre y cometió nuestros errores, quizá menos, porque no era un cabrón, desde luego. Y algo que a mí me indigna, cuando se habla de que tuvo una mujer, muchos se ponen un fuete en la mano y se pegan como si fuera un acto criminal, no divino. En primera si tuvo una mujer, no fue infiel; si se casó, fue sincero; si no lo hizo, qué nos importa. ¿Qué no él siempre es el culpable de los que nos pasa y de lo que no nos pasa? Bueno o malo, escúchense: Gracias Dios, por qué a mi Dios, Dios ayúdame. Dios cuídame. ¿No por él estamos aquí?

Y ya hablando del libro, incluso hasta de la película, les puedo decir que en lugar de causarme todo este conflicto de herejía, perdón, en estas fechas y lo que se de la novela y de la mayoría de los católicos, yo quisiera proponer a Dan Brown para un premio, porque esta obra, a mí me ha dejado muy claro que estoy con mi fe, con Dios, quien ha sido tan bueno conmigo y ha permitido muchos milagros en mi vida y me ha cuidado. Y lo más destacable, Brown nos deja a todos la opción de creer, y eso es lo más fuerte que se puede tener por fe.

Que Dios calme su alma y controle su lengua. Nadie trabaja en contra de nadie, nadie lo hace en favor ni en contra de nadie; de lo que podemos acusar a Dan Brown es de ser habilidoso y exponer el talón de Aquiles, no de Dios, no de Cristo, sino el de la iglesia, y les recuerdo que una vez hubo una película que podría haber sido mucho más poderosa en cuanto a mensaje y provocar la caída del mismísimo Vaticano: Estigma. Con Gabriel Byrne y Patricia Arquette. Véanla y díganme qué tan firme y fuerte es su fe en estos días. Porque ahí se habla del evangelio de Dios a través de Cristo, en el que quizá sea muy imprecisa en citarlo, pero reza: "Levanta una roca, observa una nube, ve un insecto y ahí estaré yo" y en ese yo se encuentra la expresión de "Yo soy el que soy, y soy el que seré" Nada más y nada menos que Dios mismo.

Sólo por eso, mi querido amigo, que tan acalorada discusión llegamos, te digo: los herejes son los que han perdido tanto el tiempo en probar que una novela es una obra herética y herejía es que la autoridades eclesiásticas tengan lujos y palacios ¡Mientras miles mueren de hambre! ¿No crees?

Que Dios esté contigo y te bendiga, en proporción como tú te bendices a ti mismo y a los demás, con cada palabra, con cada gesto, con cada acción.

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