lunes, 31 de mayo de 2010

En el parque, sábado horrendo y mi domingo...

Sábado 29 de mayo...

Un día normal, lavando, ordenando, cocinando y en a tarde llevando al hijo al parque en donde leo y conozco historias que pueden ser lecciones de vida.

Un chiquillo de 4 años, con cicatrices en la cara, travieso, despierto pero con ese brillo que da la infancia. Me platicaba que se peleaba mucho con su hermano, que le gustaba mucho andar en bici –maestrazo eh!-, creo que sabe andar mejor que yo en bici. Pero en el alma, me quedó esa sensación de que ese chiquillo, tiene ya una vida difícil. Incluso pensé que las cicatrices son rastros de violencia intrafamiliar. Pero proyectaba ese entusiasmo de que nada lo vencerá. Ojalá que el crímen jamás lo convenza.

Una pareja llegaba caminando, muy amorosos con una bebé de un año y medio quizá menos. Se sientan los padres a besuquearse, casi fajarse; y la niña caminando sola cada vez más lejos de los padres. Cuatro arbustos, tres bancas, seis personas y una oportunidad de lujo para cualquier hijo de la fregada que pueda disponerse a robar a un menor. No pude evitar decirle a la bebé: “nena no te alejes de tu mami, ve a buscarla”, con la voz más fuerte que pude, la mamá dejó de besuquearse y corrió por la niña. Sé que me odió o quizá me agradeció cuando le dije: en esos 30 segundos que tardaste en pararte y venir por tu hija corriendo, pudiste perderla para siempre.

En la banca frente a la mía. Una pareja, lindos ellos, una chica realmente bonita, él, no tan agraciado pero bien bañadito, arregladito, pasaba muy bien los filtros que yo, si fuera la mamá de esta chiquilla, pudiera andar arreglando para ponerle peros para salir con él. Estaban hablando cosas que nunca oí, pero ella estaba risa y risa. Me dieron ternura. Hasta que el muchacho hablo más fuerte que claro a majadería y media. Qué cambió, no supe el cambio, vi a una adolescente desencajada, sacada de onda, una tristeza inmediata; él notó mi mirada inquisitiva que iba de él a ella y en eso pasa una chica con minifalda. Si yo fuera la chica que platicaba con el chico, me paro y lo dejo hablando solo.

En los columpios una madre balanceando a su hijo; en la resbaladilla, unos padres torturando a una niña de menos de un año que no quería que la deslizaran por ese artefacto raro, alto, rojo de fibra de vidrio. Una familia haciendo picnic, una chica entrenando a sus perros, dos parejas de novios, un señor de la tercera edad contemplando todo, y yo jugando con mi hijo…

Regresamos a casa, y no había luz, y desde las ocho de la noche hasta las once, se iba y venía, se iba y venía. En uno de esos trances, regresó como relumbrón, y se quemó el cable del microondas y se quemó la batería del No Break.¡ Y sólo pensaba, todo lo que toca el gobierno lo hace mierda! Me dio un coraje infinito, es más, hasta lloré. Pago impuestos, pago servicios, he hecho todo como se debe de hacer, voy a votar, trato de ser una buena ciudadana, estoy en una asociación para crear conciencia del cuidado de los recursos naturales. Y con un mal manejo de electricidad se me fueron a la basura casi 7 mil pesos. Oh sí, me dolió más el No Break, me costó más de 5 mil pesos, no era cualquier porquería, justo por la marranada de servicio de luz que hay en México. Eso, no es ser mexicano, ni buen gobierno, ni bicentenario. ¡Qué manera de joderle la existencia al pueblo señor gobierno!

¡Bonito sábado!

Domingo 30 de mayo...

Un día extraordinario y hermoso, a diferencia de cómo terminó el domingo, pero total, un domingo en el que los quehaceres domésticos no se acaban. Jugó México y ganó y entre todos decidieron hacer pasta y quiché de espinaca, yo hice la pasta, mi mamá el quiché. Una vez a la semana tomamos refresco, convivimos, pero no importa lo que suceda, mi mamá tiene por deporte insultarme, hacerme sentir una caca con ojos y a mis hermanos los endiosa hasta decir basta. A veces siento que no aguanto y que todos, incluso yo, estaríamos mejor si yo no existiera. Admito que mi hijo me aterriza y me ancla a esta vida. Pero quizá es sólo una prueba para que la vida sepa que sí merezco la vida que está a la vuelta de la esquina, sólo no debo dejarme vencer.

Y ayer en la iglesia, vi a una chiquilla, no más de 13 años debe tener, embarazada, una nena, bebé casi, que la veía todos los domingos ahí, de pronto dejé de verla, y ayer la vi con esa sorpresa. Un bebé jugando a tener un bebé. Su papá es contemporáneo de las parrandas, de las salidas a la disco, negocios, etc.; no puedo imaginarme lo que pensó…, no sé mucho de su historia, ni de la mamá de sus hijos, pero, qué manera de desgraciarse la vida. Me dio mucha tristeza, quisiera poder ayudar más a esas niñas, decirles que no hay urgencia en crecer, ni meterse con chavitos que están más perdidos que un perro en la Merced. Disfrutar cada etapa de tu vida es lo mejor, de verdad que tengo su carita grabada en mi cabeza, con su vestido de maternidad.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Sentimientos

Siento que el pecho
me va a explotar;
tanto amor reprimido,
no puede almacenarse
en un mi corazón.

Porque será tan
difícil encontrar a
alguien a quien amar,
un alma para compartir
el cielo y pasar la vida
a su lado hasta morir.

En mi mundo,
cuando platico
mis sueños,
todos se burlan.

No pido un milagro,
sólo quiero un hombre
que sepa amar,
que me quiera respetar.

Necesito amar,
pero de pensar
que me puedo equivocar;
no quiero continuar.

Tengo miedo de perder,
de regresar y volver,
sin comprender
por qué me dejé caer.

sábado, 8 de mayo de 2010

Madre que odia vs. madre por amor.

Un par de días antes de que sea 10 de mayo, y en un territorio francamente hostil, debo admitir que desde que dejé de ser niña para convertirme en adolescente, los juegos de princesa se convirtieron en insultos hacia mi persona, y los días de dulces y juegos, se transformaron en majaderías y agresiones. Como niña, nunca supe qué fue lo que cambió, y ahora como ser humano menos, y mi actitud cambió, desde luego, nadie puede recibir agresiones y permanecer impávido y conforme con eso.

Dejé de ser la niña de mamá, para convertirme en la adolecente inconforme con ese maltrato y con esa falta de caridad, quizá más de comprensión, que en ese momento necesitaba. Un día dejé de ser niña, para ser rival. En qué, francamente lo ignoro, pues tan diferentes son mis gustos a los de mi madre, como el agua y el aceite.

Si bien uno de adolescente tiene el mundo patas para arriba, las hormonas a tope, crisis existencial por cada uno de los poros y el drama sentimental a flor de piel; lo que menos requiere un chaval es, una guerra por territorios en su propia casa y contra su propia persona, suficiente guerra es, verte en el espejo y encontrar un barro nuevo o ver que tu cuerpo de transforma cada día más.

Así las cosas, en mi vida tuve agresiones a diestra y siniestra, un paquete extra que cargar junto con las hormonas; un abuso sexual inconfesable, el cual a los 8 años supe, por un libro que me dio a leer mi padre, en dónde descubrí que no estaba bien, que no era la sobrina favorita y que eso, no lo hacía todo el mundo.

Desde entonces no he llevado nada bien con mi mamá la relación madre-hija, siempre han sido descalificaciones, desacreditaciones, maltrato verbal y físico, hasta acoso; una vez, con uno de los amigos que tenía después de que se divorció de mi papá, se atrevió a insinuar que él estaba muy viejo para mí, y casi me dijo que tenía prohibido pensar en acercarme a él con otras intenciones.

Recuerdo que estaba que me cargaba pifas, y en esos días llegó a mi vida el papá de Gabriel, mi hijo. Le pidió a su amigo "Coquis" que me escribiera poemas, que me mandara mensajes, y yo, de bruta, pensando que él era el indicado... desde luego pasa que me voy a vivir con él, y me embarace de volada -mal cálculo, destino, fallo, etc.- a mi vida llegó mi pequeño, y con él, el fin de las mentiras de su padre.

A los dos meses y días de nacido mi hijo, descubría a su papá en mi cama con otra mujer, no había sido la primera vez, pero tenía tanto terror a regresar con mi madre a su casa, que pasé la primera vez; hasta que no pude más. Aquello fue lo más bajo que pude padecer y no lo iba a aguantar siempre, y de ahí, comenzó mi carrera hacia el infierno que vivo ahora.

Yo sacaba a mi hijo en el canguro, en la carriola, lo llevé a la playa de bebé, y al regresar con mi madre, fue encierro, no lo saques, no le hagas, no esto, no lo otro y estaba tan mal, que lo permití, no reaccioné. Debí largarme, huir de ella como del mismísimo demonio. Hoy veo mi error y me duele, y siento que no puedo salir, es un muy infeliz círculo vicioso.

Ayer, se repitió la escena, golpes, insultos, gritos y mi hijo en primera fila. No lo puedo permitir más, no debe de seguir así. Lo peor es que no sé por dónde, no le veo la salida. Y voy a misa, oro, le entrego a Dios todo lo que no puedo resolver, y sé que saldré adelante, pero no es un año, dos, son ya veintitantos años de agresión constante, persistente, permanente contra mí.

Mi reto es de verdad, trabajar muchísimo para no ser como ella, y ser tolerante con mi hijo que es quien menos culpa tiene. Yo fui madre porque así lo quise, lo decidí. Pude abortar, pero yo sí deseaba a mi hijo con todo mi amor. Era feliz, lo esperaba con mucho amor. Y cuando lo veo tan chico, tan inocente, con esos ojos hermosos y grandotes, se que algo bueno hice en este mundo y que Dios me bendijo siendo madre.

Yo jamás podría maltratar a mi hijo, de la manera que mi madre me maltrata a mí.

miércoles, 5 de mayo de 2010

10 de mayo es siempre

A la madre que es médico, psicóloga, curandera, consejera, cómplice, amiga, líder, negociadora, comerciante, administradora, maestra, enfermera, asesora, ayudante, compañera, apoyo, tutora, modista, pintora y ángel de la guarda.

A la madre amiga, ejecutiva, ama de casa, intelectual, deportista, profesora, científica, intendente, cajera y servidora.

A la madre esposa, hija, abuela, tía, sobrina, prima, hermana; a la que está por dar a luz, a la que apenas lo sabe.

A la madre que deja todo por salir adelante, a la que deja las preguntas para después, a la que olvida las heridas aún cuando por años se mantengan abiertas; y lucha, y sale adelante por sus hijos.

A la que abandonaron, a la que engañaron, a la que perdió a su pareja, a la que decidió dejar el maltrato, a la que no le gustó más los golpes, a la que no aguantó más violencia verbal.

A todas, nadie nos enseña lo que significa sentarse junto a esa pequeña alma que se está formando bajo la tutela de una madre, y darle un abrazo y un beso cuando estás en paz y cuando estás en guerra, esperar a lo que hagas con el pequeño que Dios te ha prestado, le de amor y fe al mundo, y también la certeza de que construyes la esperanza de un mundo mejor.

Ser madre es ver al mundo con la fortaleza suficiente para enfrentar las pruebas difíciles de la vida y llevar siempre una palabra de amor, un mensaje de alegría y consuelo.

Ser madre es saber que cuando estás:
... triste, una sonrisa te alegra;
... alegre, compartes un abrazo;
... llorando, unas manitas te abren el camino a la esperanza;
... jugando con tu hijo, construyes un mundo fantástico;
... regañándolo, esperas que un día comprenda que es por su bien;
... en el parque, estás en una galaxia distante;
... viendo el atardecer, el amor es la mejor protección;
... observando su sueño, contemplas la paz;
... oyendo su voz, tu corazón escucha el canto de un angel;
... que no puedes más, aparece una señal en el cielo que dice "continúa"
... perdiendo la esperanza, te dice te quiero, y vuelves a nacer.

A ustedes, a ellas y a todas, feliz día de las madres, hoy y siempre.