lunes, 4 de julio de 2011

Próximos 37

Para hacer pedazos a alguien, aliéntale con palabras hermosas, dale la esperanza de una promesa y luego rómpela. #SomebodyDixit

Me acerco irremediable y peligrosamente a los 37 años… y cada vez más me acerco al aniversario veinte de muchas cosas. Por ejemplo: voy a cumplir 20 años de haber tenido a mi primer y único novio de manita sudada, veinte años de mi primer trabajo y todo lo que ha pasado desde entonces: estudiar, ser cajera, mesera, vendedora de piso, trabajar en proyectos freelance, obtener becas... muchas cosas en su vigésimo aniversario.

Le eché ganas desde chamaca, de niña trabajaba con mi tío, o con la vecina en su tienda, con la mamá de mis amigos en su tienda de materias primas, siempre tuve y trabajé por lo mejor. Sabía que lo que quisiera, lo podía lograr. Todo iba viento en popa a esa edad, el mundo apenas se iba develando ante mis ojos, estudiaba y trabajaba.

Cuando terminé la carrera y empecé a trabajar, me fue bien, siempre. Hasta hubo un momento en el que me dijeron, tú no vas a necesitar a ningún hombre, te puedes dar todo. Y entre eso y que me tocaba competir con hombres, por puestos, por espacios, por proyectos. En ese inter mis amigas de la universidad se casaban, y yo me volví demasiado independiente. Y un día me atreví a consumar mi propia maldición. “Para qué quiero a un hombre si yo sola puedo con todo”.

Después vino el diagnóstico que jamás esperé escuchar, mientras leía como la maternidad se posponía a mi me decía mi ginecóloga “nunca serás madre”... me dedique a trabajar, y divertirme, sin tener ni un novio. Hasta los 24, casi 25 años, y así luego de Germán, conocí a Paul, y luego conocí al padre de mi hijo, de las grandes expectativas que me había formado de tener un hogar y finalmente una familia con la promesa de mi hijo, todo terminó y fui madre soltera.

Después de que piensas que ya nada puede ir peor en tu vida, llegó el patadón final de la vida a mi soberbia, cuando el director de la institución, dio la orden de que me corrieran de mi trabajo, para meter a la sobrina, de la amante de un Subsecretario a mi puesto. Por cierto que ese mismo señor, ahora está acusado de peculado. A veces creo en la justicia divina.

Total que a casi tres años de quedarme sin empleo, tratando de volver a comenzar todo de nuevo, cayendo, levantado, cayendo, levantando... hasta parece prueba y error. Me doy cuenta que la vida me quitó todo. Y todo lo que alguna vez me sirvió para competir, ya no está.

La mujer delgada fue sustituida por la gorda, que es madre y que no puede estar un par de horas limpia. Los trajes sastre pulcros, ahora son jeans, manchados de manos y besos de mi hijo. Mi vida perfecta se fue al caño. Y ahora es una vida real, donde no tengo un cuerpo hermoso, no puedo depilarme cada quincena, nadie quiere estar cerca de mi (o dicen que tienen mucho trabajo, pero lo real es que, nadie está conmigo cada semana, ni en momentos importantes para mí y poderlos compartir, o difíciles para poder llorar).

Y para la edad que yo pensaba tener una familia, una vida compartida y lo mejor del mundo para mí y los míos. Mis planes... se esfumaron.

A estas alturas, veo el camino, pero no sé como retomarlo, sin dejar a un lado a mi hijo, cada paso cuesta el triple de la primera vez que lo intenté. Y encima de todo, tener que ser proveedora y guarda de mi familia, mi hijo y yo, está siendo muy complicado. Tengo miedo y voy a tener que recomenzar como hace 20 años.

Y por si no fuera poco, agréguenle a esta mezcla: que diario, por haberme equivocado y fallar en mi intento de hacer una vida en pareja soy lo peor para mi madre, no soy madre soltera, para ella soy una puta, las agresiones físicas y verbales, no se hacen esperar, y lo que más me duele es saber que soy víctima de muchas cosas, y estoy aterrada y no puedo hacer nada. Tengo una madre que con las cosas que dice, mi hijo tiene el Síndrome de Alienación Parental y se está volviendo todo un caos. Cuando el padre de mi hijo recuerda que alguna vez existimos en su vida, sólo habla para fastidiar y joder.

Tengo un pleito que igual que mi despido, lleva ya, casi 3 años. Lidio todos los días con: ahí va la ex de fulanito. En la escuela de mi hijo se lidia con el: es madre soltera. Sí, en esta sociedad moderna todavía llevamos el estigma de madre soltera, y es peor que ser divorciada.

Con mis amigas: ya todas nos casamos, y las divorciadas van por segunda vuelta y siempre preguntan ¿tú cuando? Y así es la vida.

En breve, estoy asustada, tengo miedo, no sé qué hacer y lo que quisiera hacer, no puedo hacerlo. Cuando logre conciliar mis demonios, la vida y el camino que perdí, espero que todo vuelva a la normalidad.

1 comentario:

  1. ¡Una mierda!... a veces, eso es lo que se siente, se piensa, casi hasta se palpa y se huele.
    Hace más de un mes de esto que escribiste (vamos haciéndonos fans de la medición del tiempo) y si por algún motivo aún se para uno en este espacio, es porque se te piensa, no siempre estás sola.
    Si no puedes vencerlos... úneteles, esos demonios, quizá acompañen toda la vida, pero es razón y trabajo de uno buscarles la paz por dentro, todos los días, con victorias y derrotas, también todos los días.
    Ya caiste, te levantaste... y la próxima vez que caigas, sabes que hay posibilidad de levantarse, y sí, así será...para todos.
    Abrapacho húmedo para ti, mujer.

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