miércoles, 21 de octubre de 2009

Entre el congreso, IVA e impuestos ¡Que se chingue el Mexicano!

A un grado de que me ponga a mandar a la chingada todo y a todos los políticos mexicanos, creo que lo único que atino a decir es que ya no es aceptable todo lo que está pasando en México. Como bien dijo en "La vida va" Don Guillermo Ochoa, ya estoy harta de que me gobiernen aliens, que basan sus decisiones en la comezón que les da en la panza y no atinan una sola solución correcta; legislando para algún país o mundo alterno en el universo, en el que no tiene nada que ver la realidad del 99.9% de los mexicanos.

Especialistas en economía mundial son unos pendejos junto a nuestros legisladores, barrigones y pendejos, que no tienen la más puta idea de cómo hacer su chamba. Y ni decir que se les ocurra sacrificar su extravagante vida, que en algunos casos raya en lo estúpido. Nada más me estoy imaginando de cuánto se van a aprobar su "aguinaldo" y sus bonos de productividad por chingar al ciudadano, como tú y como yo.

Y lo digo en serio, para mí ya es insoportable aguantar esta situación, un uno por ciento más al IVA... un 3% a su chingada madre... ¡qué carajo les pasa! por lo menos se tomaran la molestia de congelar los precios, o poner un límite a las grandes cadenas comerciales que parecen competidoras avorazadas, perdón, ladronas disfrazadas de corporativos comerciales y subir hasta el cielo los precios.

No se para los demás, no se para ti, pero para mí, Patricia Villaseñor, con tantas cosas en la vida y haciendo malabares con el dinero que no me alcanza más que para sobrevivir, si es que se puede sobrevivir en México en estos días, estoy alcanzando el punto de la desesperación.

Y de verdad que pienso y pienso en todos esos "bocones" que se tiran unos a otros la pelotita —si cumplí, no cumplí, tu ya votaste— en la cámara de diputados, por qué no en lugar de subir IVA, por qué no los planes de austeridad se los imponen a ellos mismos, que este año los magistrados y todos los funcionarios públicos no reciban aguinaldo. Quieren convencerme de que el país requiere forzosamente esos impuestazos, pues a quitarse privilegios para que les creamos.

Yo ya tengo suficientes problemas en mi vida, como que mi hijo tiene meses usando pañal para niños, con 5 años, y sé que es en respuesta o rebeldía a la vida que le puedo dar, pues cuando me pide un hermano le digo que no se puede; cuando me pregunta por su papá, le digo que no sé por qué no ha venido; cuando aparece el ¿por qué no te casas de nuevo con mi papá?, le tengo que decir que su padre eligió otra vida y no a nosotros; o explicarle por qué sus amigos se burlan de el por ir con sus uniformes rotos a la escuela; más el fabuloso plus de la violencia verbal y física que padezco en casa con mi madre... eso ya es demasiado para mi sola, y estoy luchando, de verdad, como no tienen idea por mejorar, salir adelante... pero parece que es imposible.

Y regresando a los pañales y a los impuestos, fíjense, ahora esos pañalitos que me permiten que mi hijo no amanezca mojado, ni se traume y mi recámara no esté permanentemente oliendo a pipí, en lo que puedo trabajar con mi hijo, llevarlo con un psicólogo y yo también atenderme de tanta bronca existencial... en agosto el paquetito con once pañales costaba 60 pesos, en septiembre subió a 73 pesos, y hoy están en 80 pesos... 33% en tres meses... y les van a subir más.

Gracias a Dios ya tengo 3 semanas que conseguí un trabajo despúes de 13 meses que duré sin encontrar trabajo. Con 35 años, mujer, con una profesión, pareciera que no tenía ni una oportunidad, todavía recuerdo cuando fuí a ver una empresa que solicitaba un director creativo, en el que la edad límite era 40 años, adivinen... sí, pero no querían mujeres.

De pronto, odio ser mujer, ser madre -soltera-, ser mexicana... y ya no aguanto tanta presión y estos sentimientos encontrados, que dejan demasiada frustración.

Me siento con cero ánimo para nada. Ponchadísima, abrumada, moralmente minada, abatida y económicamente saqueada... si fuera una empresa, estaría operando en números rojos.

Y ayer, no se si tenga que ver o todos nos estamos sintiendo igual, las calles estaban casi desiertas, y en el ambiente algo muy raro se está formando.

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