miércoles, 15 de julio de 2009

Comenzar de cero y esta vez hacerlo bien

Me han dicho recientemente, que si quiero algo, tengo que luchar, perseguir y hacer no sólo lo posible, sino lo imposible por tener lo que yo quiero. Ya hice todo lo posible, me equivoqué, parece que me sigo equivocando, así que es hora de hacer algo extremo. Y quizá suene muy urgida, quizá me escuche muy mal, pero lo que más quiero en la vida es una pareja estable, constante, apasionada. Ya logré muchas cosas, ya caí y me levanté; ya es hora de conquistar y en este momento lo que haré es lo imposible para tener lo que quiero y por eso y cómo sea, lo volveré a intentar, desde cero, pero con todo.

Siempre que me pasan cosas como la infidelidad del padre de mi hijo; que la persona que más me gusta y congeniamos en muchos aspectos, se casa con otra; que mi mejor amiga conquiste al chico que me gusta; que un estúpido me diga que el mensaje que doy es de que quiero frees; o que se me acercan hombres que no se pueden quedar conmigo; siempre he pensado que yo soy la que tengo o tenía algo mal, una maldición un hechizo, mala suerte... pero no, no es así. Ayer y anteayer que mi hermano no aparecía, que pensábamos que estaba muerto, que algo muy malo le había pasado, pude desdoblar mi alma y verme desde afuera, ver mi vida y juzgarla como si fuera otra persona.

Y pregunté ¿Qué hay de malo en mí?... NADA. Soy una mujer de 1.70; ojos verdes, tez blanca, soy soltera, tengo un hijo hermoso de 5 años, 34 años que el 17 de agosto se hacen 35; tengo estudios de licenciatura, estoy por comenzar una maestría, primero Dios; creo en Dios y respeto a todas las religiones que me respetan a mi; mi casa es mi refugio favorito, es mi espacio, el lugar donde está todo lo que me importa, y a diferencia de muchas mujeres, me gusta hacer lo que se requiere en casa: cocinar, lavar, planchar, respostería, limpiar, ordenar, organizar. Me gusta leer, ir al cine, platicar, soy inteligente, tengo un buen sentido del humor. Soy sensible, cariñosa, detallista; también a veces soy enojona, y si algo no me gusta lo expreso.

Yo, realmente, viéndome desde otros ojos, en otros zapatos, no me veo con ni un problema y menos con incongruencias. Sé lo que quiero.

Ahora si analizo lo que siempre he pensado al tener una pareja, lo que me interesa, quién soy yo, lo que me gusta y me molesta, sé que tampoco tengo problemas y me gusta dialogar, conciliar, llegar a acuerdos y creo que debe de haber otras persoans que sientan lo mismo que yo.

Con mi pareja me interesa que podamos ser independientes, tener actividades separadas, es parte del espacio del ser humano, no ser asfixiante, pero al estar juntos, espero que estemos y al 100%.
Me gusta pensar en planear un fin de semana juntos, sea en la ciudad, o a un pueblito mágico como Real del Monte es fabuloso; acampar, practicar deportes extremos, senderismo, excursiones o un día de campo, lo que sea que demuestre que me encanta que me vean feliz con mi pareja.
Y sí, tengo un hijo, y somos dos por el precio de uno y eso si, sí a mi futura pareja no le interesa el bienestar de mi hijo, no hay nada más que hacer ni hablar.

¿Qué mas debería de saber quien pueda ser una pareja formal de mi?
Bueno, me dan miedo los truenos en las tormentas eléctricas.
No me gusta que maneje tomado o rápido en donde sea.
No me gusta que me mientan, siempre, prefiero siempre la verdad. Las mentiras, el abuso, la violencia verbal, la agresión física... no me gustan.
Si queda de hablarme, o de verme para eso existen celulares, radios y teléfonos, por si sucede algo que no se tenga bajo control y no puede llegar, avisar es un gesto de cortesía y caballerosidad, y yo soy súper preocupona, no soy controladora, no malinterpretar.
Me gusta que mi pareja me haga sentir protegida, amada, sólo así puedo tirar esa barrera que a veces pongo, y con mentiras no se logra, es algo que se siente.
Me gusta que me consientan, que sean caballeros, abrir la puerta... lo práctico jamás estará peleado con lo romántico y lo cortés no quita lo valiente.
Me gusta platicar, platicar mucho y reirme.
El abrazo, el beso, el apapacho y la sexualidad son "SUPER" importantes para mí y no es algo que yo quiera cada mes, lo quiero siempre.
No quiero que me jure fidelidad, es más honesto tratar de serlo, pero es más importante la lealtad de corazón. Y es que en estas épocas, cuidándome yo, lo cuido a él y viceverza. Necesito esa estabilidad, esa constancia.

Un día perfecto puede ser, dependiendo para qué, puede ser un día de ocio genial y ese sucede cuando voy a comer sushi, veo una gran película, tomo un delicioso café.
Si es un día de fiesta, pasarla bien con los amigos, o la familia.
Si es un día de trabajo, lograr todas las metas de ese día.
O si es un día triste, poder llorar hasta quedarme dormida.
Si es un día de lectura, poder acurrucarme en mi sillón favorito, y poder devorárme las páginas una tras otra.
Y así puedo seguir, creo que el día perfecto es hoy, y si no es perfecto, lo conviertes y agradeces por todo lo que tenemos pues es una bendición.

Ahora, las características físicas, y por lo que creo muchos nos preocupamos, no son lo primero ni lo último. Por ejemplo la estatura de una persona se mide de la cabeza al cielo; ser gordo o flaco, es más bien un interés por estar bien de salud; la riqueza debe ser medida por el corazón, las personas que te quieren, a quienes has ayudado en la vida; pero hay que ser realistas la educación cuenta, los valores, las metas en la vida, los intereses, la música, los amigos, ideales, ambiciones, dedicación al trabajo a la familia, todo esto realmente cuenta, pero ser feo o guapo es totalmente subjetivo.

Y no soy una princesa, pero me encantaría que en algún lugar exista un hombre que se comporte como príncipe, y no como un patán, vulgar y naco; que me haga sentir princesa, y juntos podamos construir un pequeño reino donde el amor, el respeto, la lealtad, la amistad y la complicidad hagan de un pequeño hogar o una mansión un reino de seguridad, apoyo mutuo y estabilidad, donde Dios habite y haga del nosotros un ejemplo de Su existencia en la tierra, con eso seremos invencibles y ninguna dificultad nos podrá tirar.

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