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miércoles, 28 de mayo de 2014

Amamantar: Ley o Privilegio

Ayer me quedé con un muy mal sabor de boca al leer un artículo, que justificaba la campaña de “No les des la espalda, dales pecho” del Gobierno del Distrito Federal. Y es que decía que, los senos tienen la función erótica y la de proveer alimento a los bebés; y dicha campaña había tomado el lado erótico de los senos.

En primera, si es o fue así, está en mal a muchos niveles, en virtud de lo que se requiere eliminar de la lactancia materna es, justamente, el contenido erótico y por lo que muchas madres son agredidas, insultadas y acosadas en público. No sólo en México, no sólo en restaurantes, incluso hay madres a las que se les invita a dar pecho en el baño público. ¿Ustedes comerían en un baño? ¡NO! Entonces, ¿Por qué un bebé si?.

Pero retomemos el tema, la campaña está mal, no sólo por la idea de que a alguien se le ocurrió usar el lado "erótico" de los senos para  promover, sino que amamantar se vea como la única opción obligada, salvo indicaciones médicas. Hasta aquí hay una enorme incongruencia, pero por ellas no paramos. El GDF es el principal promotor del aborto, de que la mujer elija el método anticonceptivo y resulta que está por aprobarse la “Ley de Lactancia Materna”  esta sí obligatoria.

*Screeeeeeccccchhhh* ¿Perdón? El GDF está mal, muy mal, porque por obtener votos y seguir parado en su discurso demagógico y populista se le está olvidando atacar el principal problema de todos. Trabaja con una sociedad mal educada, machista, violenta donde, un padre puede abandonar a la madre sin consecuencias; una chamaca antes de educarla a pedir —que debiera ser exigir— el uso del condón a su pareja, prefiere irse a abortar; violencia en la población infantil, bullying. Los problemas se atacan en la prevención, no en ir mal parchando la imbecilidad de la sociedad.

¿Y las prioridades apá?

Ayer mismo leía un artículo en el que se decía que, la campaña del GDF era una invitación, y al público que iba dirigida la tomaría, y a quienes no se nos invitaba, simplemente nadie nos hablaba. Personalmente y por mi formación académica, sé que una campaña como ésta realmente no es una invitación, es una definición de quienes somos como sociedad y tomando en cuenta estadísticas, y en las peores cosas que somos primer lugar, el GDF no está mal en lo que hizo, dio una campaña que define a su sociedad.

Ahora, ¿qué sigue, qué hacer? Lo primero es que urge una campaña para cambio social, luchar por la congruencia en los gobiernos y en sus políticas. Y esto no se encontrará en los extremos, también y lamento decirlo, ¡va a tomar años! Pero ya no podemos posponerlo más.

Urge que los hombres cambien paradigmas, urge que se tome conciencia en la sociedad, es indispensable y urgente la participación de toda la sociedad en la política. Urge cambiar paradigmas sociales para que deje de ser mejor abortar, y se exija el uso de condón; urge que las mujeres se organicen y demanden políticas para amamantar en restaurantes, camiones, vuelos nacionales e internacionales, y se apliquen sanciones y castigos ejemplares a quien les falte el respeto o las haga sentir mal en público cuando están amamantando; urge que la mujer participe en iniciativas de ley para proteger a sus niños y sus derechos, y no permitir que nadie, ni ellas mismas maltraten a sus hijos.

Voy a compartir unas imágenes que son de campañas para amamantar y son de lo mejor que he visto; salen de y para sociedades más educadas que la nuestra, con prioridades y una dirección definida.

Esta imagen la pude amar, no es obvia, pero es exquisita:




Y esta es una campaña digna de una sociedad en la que sus hombres y mujeres trascendieron la igualdad:


Una sociedad parada en la empatía, en la comprensión no requiere más que esto:


Y eso es algo que en México será difícil ver.

Lo dicho, una campaña no invita, define a su sociedad. Y eso, en formación académica, lo sabemos todos los diseñadores y todos los publicistas.

viernes, 27 de agosto de 2010

Se busca al hombre de mi vida

Características:

Que quiera estar conmigo, sin perderse las cosas importantes de mi vida, las que me hacen ser feliz o las que me hacen estar triste.

Que no le dé lo mismo si me ve o no me ve, si bien hay que ser independientes, y cada quien su espacio, quiero conocerlo, saber con quién estoy pasando los mejores momentos de mi vida.

Que le guste ser niño en su manera de jugar, de divertirse, de perseguir sus sueños y compartirlos conmigo.

Que cumpliendo sus promesas, alcanzando sus metas, siendo responsable y honorable; y esto incluye compartir sus fallas y fracasos conmigo, comprenda que estar juntos es en las buenas y en las malas.

Que sepa escuchar y comprender las cosas que le diga, que siempre tenga un par de minutos para platicar conmigo cada día de algo que no tenga que ver con su trabajo o sus actividades cotidianas.

Que pueda discutir de política, religión, sexo, amor, verdad y mentira, siempre conmigo y no contra mi –hay mucha diferencia, conmigo es para crecer en conceptos; contra mí es atacar mis ideologías sin respetar el hecho de que podemos tener opiniones diferentes-.

Que tenga disposición para resolver los problemas.

Que le encante ir al cine y no se duerma.

Que disculpe mis errores como persona y mujer ayudándome con cariño y comunicación a superarlos, y cambiarlos por aciertos.

Que sepa dar y recibir en todos y cada uno de los aspectos que involucren nuestras vidas.

Que quiera compartir responsabilidades en una relación y no buscar culpables, de igual manera compartir alegrías, su deporte favorito, locuras, un sábado de maratón de caricaturas en la tele, un fin de semana de paseo, ir juntos a comprar velas, ver nuestras series favoritas y comprar un buen vino tinto.

Que no esconda revistas o cintas pornográficas ni las cervezas debajo de un colchón, sino que las comparta conmigo, igual que sus fantasías.

Que me acompañe al psicoanalista y me ayude a evitarlo con mil abrazos y besos al día.

Que le importe lo que hago y que no le moleste que bromee cuando estoy nerviosa.

Que no se sienta incomodo cuando me quedo sin hablar, aunque parezca que soy muda simplemente disfruto estar con él y no quiero arruinar ese momento que compartimos juntos, en el que su compañía cuenta más que lo que pueda decir.

Que me abrace, me bese, que me demuestre su afecto, su amor, su cariño. Necesito sentir ese lenguaje físico, me ayuda, es reconfortante, es necesario sentir que mi corazón brinca y las mariposas llegan a invadir mi cuerpo.

Que no tenga dificultad para llegar a acuerdos.

y...Que nunca se le olvide ser cortés y caballero.

Sé que las posibilidades de encontrarlo no son muchas... por ello le pido a mis ángeles que en el punto del camino en el que lo tenga que encontrar, lo pueda y sepa reconocer, así como él a mí. No sé si serán años, meses o días. Pero desde que nací se que anda por ahí. Solo necesito encontrarlo... por eso busco a mí hombre.

En resumen, quiero compartir con él un lugar en el que este a salvo mi vida y mi corazón, un lugar compartido con vida, amor, felicidad y sensualidad. Pido todo esto porque es lo que yo quiero y puedo dar, y porque sé que es lo que él quiere y tiene para compartir.

Hoy le agrego a este escrito de hace mucho tiempo, que tenía encajonado... que quiera y respete tanto como a mí, a mi hijo, que en su corazón exista la posibilidad de ser un modelo para él, si bien no le pediría que le llame hijo, que con la convivencia se de ese amor incondicional y confianza y como un padre lo hubiese sido desde siempre.